Unlimited Power !!! Código Jedi VS Código Sith.
Platón hubiera admirado el código Jedi que proporcionó miles de años de paz y prosperidad a la República Galáctica después de la batalla de Ruusan:
Código Jedi:
– No Existe emoción, solo existe paz
– No existe ignorancia, solo existe conocimiento
– No existe pasión, solo existe serenidad.
– No existe caos, solo existe armonía.
-No existe muerte, solo existe la Fuerza.
Comparémoslo ahora con el código Sith tal como lo enseña Darth Bane:
– La paz es una mentira, solo hay pasión.
– Con la pasión, obtengo fuerza.
– Con fuerza, obtengo poder.
– Con poder, obtengo victoria.
– Con victoria, mis cadenas se rompen.
– La Fuerza me liberará.
Si el Jedi busca la paz a través de la conciencia y el control de sus sentimientos, el Sith espera emplear su pasión , su poder y su fuerza para conseguir el fin último de la libertad. Plagueis explica esa diferencia: «Recuerda por qué los Sith somos más poderosos que los Jedi, Sidious: porque nosotros no tenemos miedo a sentir». El Sith quiere ser libre de la convención, la moral, la ley y, por último, de la misma fuerza. Este tipo de libertad es a lo que los filósofos se refieren como libertad negativa, porque consiste en liberarse del control, consiste en una libertad que me dice: «No me limites!». Pero Platón enseña que una persona sabia no debiera nunca tomar ese camino, puesto que, al final, es un camino autodestructivo. La persona verdaderamente sabia se da cuenta de que este tipo de libertad no es una libertad verdadera, sino una jaula.
Platón nos pide que imaginemos que nuestra alma tiene tres partes: la racionalidad, la irascible y la concupiscible. Cuando estamos equilibrados, la razón dirige las otras partes del alma. Una persona que se encuentre en este equilibrio goza de la virtud de la justicia porque funciona de la forma debida: cada parte del alma lleva a cabo una función que le es propia. Tal como la función del ojo es ver y la de la mano es coger, la función de la razón consiste en dirigir, y todo lo demás debe seguir su dictado. Una persona sabia es una persona cuya razón dirige su alma y cuyos juicios son buenos. Deberíamos sospechar del tipo de libertad que busca un Sith, puesto que, según Platón, «Existe en cada uno de nosotros…., una terrible, fiera y temeraria prole de deseos que, parece, se revelan en nuestro sueño». El sabio, por el contrario, debe encontrar un equilibrio que le permita satisfacer sus deseos «necesarios», como el de comida, sueño y sexo. En resumen, la persona éticamente buena es el sabio, según Platón. Una vez que la persona conoce el bien, siempre «intenta» — por lo menos — hacer el bien. Esto nos conduce a una conclusión sorprendente: para el sabio, «hacer el mal de forma consciente es imposible».
Si abandonamos el pequeño lienzo de lo individual y pasamos al lienzo más grande del Estado, Platón afirma que el Estado justo es uno que se conduce por la verdad de que «cada hombre debe llevar a cabo un servicio social para el Estado que se adapte a su naturaleza». En el caso del alma de una persona, la parte racional del alma recluta a la parte irascible o de la fuerza de voluntad, para controlar y someter las pasiones. Esto nos permite llevar una forma de vida buena y ética — una vida genuinamente libre — en la cual la razón nos conduzca a través de «una vida de significado, de consciencia», un tipo de vida que Sidious sabe que Anakin quiere vivir. De forma similar, un Estado justo es aquel que es gobernado por personas naturalmente sabias y en el cual todo el mundo realiza su función individual.
Al sucumbir a la noción de que libertad significa ceder a nuestros apetitos o a nuestra parte irascible, tal como hace un Sith, nuestra alma corrupta se convierte en nuestra propia prisión. La libertad que busca un Sith «debería»ser su propio castigo, según Platón. El Sith, al buscar en su irascibilidad y su concupiscencia el camino hacia la libertad, lo que hace es forjar su propia cadena de esclavo. Su búsqueda del poder ilimitado le conduce, inevitablemente, a otorgar el poder a su irascibilidad y su conscupiscencia. Pero, a pesar de todo, no es eso lo que le sucede a Plagueis.